En el Magosto plantamos castañas en unos tarros hechos con botellas de plástico (gracias familias por colaborar siempre).
Las colocamos cerca de una ventana para que tengan luz y les echamos agua.
Ahora toca cuidarlas mucho y esperar a que crezcan.
El magosto fue muy divertido, comimos castañas, bailamos, cantamos canciones y al final de todo nos pintamos las caritas con ceniza.